¡Hola compañero/a! Conforme a la
actividad de roles que estamos desempeñando cada semana en clase de
TIC, esta semana me ha tocado ser crítico. Ya os he hablado de que
se trata del rol que más me gusta desempeñar... No sé si porque me
resultará fácil analizar las situaciones sociales desde un tamiz
crítico, o porque simplemente me gusta dar una opinión que
cuestione lo establecido en mi día a día, pero este rol es el que
más a gusto me hace sentir mientras lo realizo (aunque me parecen
todos muy interesantes y que todos nos aportan a la hora de mirar
objetivamente nuestros alrededores sociales). Sin más, os diré el
tema sobre el cual os quiero hablar críticamente hoy: El consumo de
drogas.
Por todos/as es sabido que en nuestra
sociedad, se consumen drogas. Miles de kilogramos de diferentes
drogas son consumidos día a día por personas de las más
variopintas escalas sociales... Sí. Es una realidad innegable pero,
¿qué tipo de drogas crees que son las drogas a las que me estoy
refiriendo? No solamente la cocaína, los opiáceos o drogas de
“diseño” son sustancias que alteran nuestro estado físico o
psíquico, ¿eh? El azúcar y la sal son actualmente de las drogas
que más consumimos en nuestro día a día; el tabaco, el alcohol y
el café también son sustancias muy consumidas diariamente por
millones de personas, y también son drogas. Las sustancias que
llevan muchos alimentos precocinados y las que algunas cadenas de
comida rápida introducen en sus “alimentos” para que nos sepan
mejor (como el glutamato monosódico, el aspartamo, diferentes
conservantes...), también son drogas...
La sociedad en la que vivimos es una
verdadera sociedad de drogadictos, de personas esclavas de diferentes
sustancias consideradas legales por los Estados de la Unión Europea
o de Estados Unidos y sus instituciones, que menosprecian muchos
estudios porque no les conviene económicamente aceptar que muchas de
las sustancias utilizadas en su modelo de industria alimentaria son
nocivas para el consumo humano. El modelo económico seguido por las
farmacéuticas se aleja mucho de una finalidad social, de ayudar a la
humanidad, y se acerca más al de la típica empresa capitalista:
Ingresar millones vendiendo un producto que palía los efectos de una
enfermedad, pero que nunca la elimina... ¡No vaya a ser que nos
quedemos sin clientes para nuestro producto, claro!
Podríamos mirar a través de nuestro
ojo crítico también las sustancias estupefacientes que más se
consumen en nuestra sociedad: Marihuana, hachís, anfetaminas,
cocaína... Deberíamos preguntarnos: ¿qué ganan los Estados o
empresas en su prohibición? ¿a quién le interesa que siga siendo
ilegal una sustancia, que se siga adulterando y siga moviendo miles
de millones de euros que nunca entran a una economía, sino que se
quedan en paraísos fiscales o como dinero negro?
En mi opinión, en la sociedad de la
drogadicción que anteriormente te he descrito... Es una estupidez
seguir mirando hacia el otro lado en cuanto al tema del uso lúdico
de los estupefacientes. No quiero decir con esto que esté a favor de
su consumo, y no quiero que se me malinterprete cuando hablo de un
tema tan serio, símplemente resaltar que en cierto modo, que algo
sea de una manera en esta sociedad casi siempre es por beneficio de
unos/as pocos y perjuicio de muchos/as, y en este tema no va a ser
menos. Si fuéramos ciudadanos libres y con cabeza, educados y
formados en cuanto a todo lo que se nos presentará en nuestro día a
día, no necesitaríamos prohibir nada. Sólo con que algo sea legal
ya deja de llamar la atención a la mayoría, y en este caso en
concreto, con la regularización de espacios para dispensar y
consumir ciertas sustancias, las personas usuarias al menos sabrían
lo que están consumiendo o “metiendose p'al cuerpo”. En cuanto a
datos quiero poneros el ejemplo de Holanda, país en donde
concretamente son legales sustancias como la marihuana, el hachís o
las setas alucinógenas y su dispensación y consumo en un
establecimiento, y cuya tasa de consumo de tales sustancias en la
población local son ínfimas comparadas con las de nuestro país.
Bueno, quiero despedirme esperando que mi publicación te haya hecho pensar, pensar objetivamente y sin tamices ni tabúes sobre un tema que tan sumida tiene a la sociedad en general... ¡Un saludo y... nos leemos!
Bueno, quiero despedirme esperando que mi publicación te haya hecho pensar, pensar objetivamente y sin tamices ni tabúes sobre un tema que tan sumida tiene a la sociedad en general... ¡Un saludo y... nos leemos!
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