domingo, 13 de marzo de 2016

Actividad de roles: Crítico

¡Buenos días! Como cada semana, me toca desempeñar un rol dentro de la actividad de roles que estamos llevando a cabo en clase. Esta semana el rol que me ha asignado el estratega ha sido el de crítico. La función del crítico es, y cito textualmente, la de crear una "crítica semanal o manifiesto en contra de las injusticias sociales que se dan en la actualidad. Selecciona un tema de actualidad y realiza una entrada con un comentario crítico personal, si desea a modo de manifiesto, sobre ese tema".

Pues bien, tras describiros el papel que me ha tocado desempeñar, os diré el tema que trataré con mi rol de crítico: la hipocresía política.

Por todos/as es sabido que los políticos en campaña electoral no son, precisamente, uno de los mejores ejemplos de veracidad y compromiso. No hay más que ver el programa electoral del Partido Popular para las elecciones de 2011, o cualquiera de sus discursos pre-gobierno, y luego compararlo con las acciones realizadas cuando ya estaban en el Ejecutivo; aunque no pretendo que esta entrada sea una crítica a ningún partido en especial.

 Una vez están en el poder, por regla general, parece que la integridad y firmeza como persona de cada político se esfuma, y pasan a velar por sus intereses personales o ideológicos, olvidándose de que están ahí por y para ayudar a que la sociedad funcione mejor, y olvidándose además de que quienes les han subido a su "trono" han sido los ciudadanos, con los que hay que ser consecuentes cuando has prometido algo, y no hacer justamente lo contrario.

Símplemente mirando la actualidad en esta etapa política "sin gobierno" -permitidme la expresión- y de pactos que no llegan entre partidos, vemos cada día más y más hipocresía política. Parecen haberse olvidado de cuando decían "no, con este partido no pactaré"; posíblemente esta amnesia repentina haya podido salir del oportunismo de los políticos, que dicen verdades a medias y cuando les viene mejor, para hacer después lo que ellos quieren cuando los ciudadanos hayan delegado en ellos su voto.. Parece, además, que su único objetivo es llegar al poder y gobernar 4 años, y no tienen visión de futuro más allá de éstos (también cabe destacar en esta cuestión la amnesia colectiva generalizada con las noticias y casos de corrupción que salpican a los 2 partidos más relevantes).

En fín, como conclusión decir que el político que dice la verdad, la dice, sí, pero cuando le conviene. Y el que miente, parece que es aplaudido por todos, pese a demostrarse judicialmente que ha cometido un delito. Para ser considerado una democracia seria, nos hacen falta políticos consecuentes con sus palabras, que renueven los asientos llenos de polvo del Congreso de los Diputados, pero también nos harían falta ciudadanos conscientes de la realidad que vive su país, y más implicados en la misma, es decir, personas concienciadas y preocupadas por su entorno, y no personas que no se interesan por la política pero que a la hora de la verdad se dejan influenciar por cualquier medio de comuniucacion y votan sin pensar siquiera el qué o a quién. En mi opinión, es en esto en lo que deberíamos incidir, en crear ciudadanos formados y con poder de decisión.

¡Espero la publicación que os haya podido ayudar a reflexionar, nos vamos leyendo compañero/a!

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